Esta es la historia de una chica que adoró un libro, vio volar un sinsajo, silbó una canción, regaló horas sin pasar hambre, postergó una reseña, lloró por dos niñas, dividió en dos su corazón y se lo entregó a un tercero que murió.

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miércoles, 20 de julio de 2011

Continuación de Los Juegos del Desierto

Sorry, sorry, sorry.... Ayer no pude y os lo prometí ayer, estoy muy avergonzada, lo siento. Bueno aquí tenéis la continuación, espero que os guste... *se muerde el labio inferior* pues porque he contado un poco la vida, como viven, en el Distrito 3 y no hay mucha acción, que digamos. En fin, espero que lo disfrutéis. 


Estoy despierto, pero con los ojos cerrados. Siento una cosa raspante por mi brazo izquierdo, hago un movimiento brusco y lo aparto de mi. Pero vuelve, insistiendo. Ahora lo tengo en el otro brazo. Siento como el Sol me da en toda la cara, pero no lo aparto. Son tan pocas veces las que podemos sentir el Sol sobre nuestra piel, en el Distrito 3.
Que pesada que es mi madre cuando me tengo que levantar, hasta me ha abierto la ventana, para que me de el Sol y me despierte.
Entonces me doy cuenta de quien me esta tocando no es mi madre, ni que la luz del Sol que me da en la cara es la que entra por mi ventana. Y, de golpe, tengo miedo.
Ya no siento esa sensación de comodidad en la que sientes en tu casa, en la que te sientes seguro, en que piensas que nada malo te puede pasar estando allí.
Nuestra casa era una de millones de apartamentos más. La verdad, es que ha eso no se le puede llamar casa.
No tiene baño. El baño lo tenemos en una habitación oxidada, y lo de adentro también esta oxidado, no, no lo cambian, cada tres apartamentos hay un baño, y sí, son comunitarios.
No tenemos cocina. Me imagino a los del Capitolio hablando entre ellos con esas voces chillonas y con esa s sibilante siempre:
-¿Ponemos cocina en todos los apartamentos?
-¡Donde vas a parar!. Esa gentuza pobre del Distrito 3 no sabe ni escribir,-ya que en la escuela utilizamos unos ordenadores portátiles, como la palma de la mano-¿cómo van a saber cocinar?
Bueno, pues bien, si que sabemos cocinar. Lo bonito es que para poder hacer fuego lo hacemos en un cubo de basura, lo hacemos con cables viejos que hacen contacto, y así se enciende la ropa, otros cables o telas o mantas, no sé, ¡también ponemos la porquería que nos encontramos por la calle! Así cocinamos lo poco que nos podemos permitir.Un trozo de carne por allí, una verdurita por allá, pero nunca tenemos suficiente, nunca tendremos suficiente comida.

Abro poco a poco los ojos, estoy bastante mareado por el Sol. Intento que mis pupilas se acostumbren a la luz blanca y resplandeciente. Todavía siento una presión raspante sobre mi brazo. Miro a ver que se trata. Y si, aunque esté mareado veo que es una serpiente.Negra con rayas rojizas. Un impacto en mi pecho me echa para atrás, no me muevo pero es como si lo hubiera echo porque la serpiente saca sus colmillos y... Un dolor fuerte en el brazo. Un grito, no estoy seguro si soy yo. La serpiente se va tan silenciosamente como ha venido, como el sigilo de un gato. Me empieza a subir unos calambres fuertes por la pierna, y empiezo a tener convulsiones. <<¡Recuerda, recuerda el día en el entrenamiento!>>. Y lo recuerdo, recuerdo que hacer cuando una serpiente te muerde.
Arranco medio pantalón de un golpe, es la adrenalina, el miedo a morir que plana encima mio. Me pongo la pierna delante y chupo todo el veneno que hay, escupo, vuelvo a chupar. Así hasta que ya no puedo más y me caigo hacia atrás. Creo que ya esta, que ya ha pasado todo, pero no. Un poco de veneno se ha infiltrado en la sangre, porque no es normal ver arena moviéndose como agua, ver algunas palmeras en el horizonte, pero no es un sueño, no, es real.
Voy corriendo, lo máximo que las piernas me lo pueden permitir. Puedo sentir el peso del peligro antes de verlo. Un cuchillo me pasa por el brazo y me hiere, profundamente. Una chica, rubia y con el pelo corto sale corriendo detrás de mi, no la puedo esquivar y se pone encima mio. Me mira con unos ojos verdes, casi azules y siento pánico, terror. La tengo encima y no me puedo mover, imposible, intento forcejear con ella pero no puedo, nada. No puedo hacer nada que no sea esperar mi muerte.



Ya sabéis, como la otra vez, más de tres votos y continuación.:)

3 comentarios:

  1. Apunta un voto ;) Me ha gustado mucho!

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  2. Tienes mi voto! comento de anonimo, pero soy y., o sara como querais llamarme. me conoceras del oficial o de distrito en llamas. me encanta como escribes
    y.

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  3. Tienes que continuar, te obligamos! Jaja es broma, pero es que esta genial! Porfi sigue ;)

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